(…)Según contaban nuestros antepasados, la tierra era una esfera totalmente cubierta de muy abundante vegetación. Crecían árboles gigantescos a los que se enredaban helechos y enredaderas que hacían muy difícil el desplazamiento de los animales que la poblaban. Además, abundaban los ríos, arroyos y lagunas, que daban vida a vegetación tan lozana.
En esa maraña prácticamente impenetrable, vivían seres gigantescos, mamíferos, peces, saurios, gliptodontes, muchísimos reptiles y pájaros, a todos los cuales, por su gran tamaño, hoy nos es difícil siquiera imaginar. Todo este mundo maravilloso había sido creado por Staisky, cosmos en el que todos vivían en una permanente armonía. La tierra giraba alrededor de dos soles, uno, el que existe actualmente y otro, más pequeño. En ese tiempo no había estaciones, se vivía en un verano permanente por el gran calor y humedad reinantes. Las flores de mil tonos encantaban, igualmente los pájaros de vistosos colores y de cautivantes trinos. Pero a la sombra de Staisky, diosa de todo lo bueno, medraba Win, el dios maligno y envidioso, que vivía cuidando los pasos que daba aquél a, esperando se equivocara para desatar por todo el mundo el mal. Todo era hermoso, entonces, todo era armonía. Para nada existía la mala intención. Sin embargo Staisky no vivía satisfecha. Le parecía que a ese mundo por ella creado, algo le faltaba. Y un día supo qué era. Y para dar cumplimiento a ese propósito se le ocurrió crear un ser diferente, que añadiría más bel eza a la ya existente y concibió al hombre. Pero el Dios Win acechaba y en el mismo momento en que la diosa lo creaba, lo copió lo mejor que pudo y sin pérdida de tiempo, soplando le dio vida y lo depositó en aquel mundo lleno de esplendores.
En tanto, la diosa del Bien, que no estaba totalmente conforme con su obra, empezó a demorar y demorar, buscando perfeccionarla, la pareja creada por el dios envidioso se adaptó rápidamente al nuevo ambiente, pudiendo salvar su vida del ataque de los carniceros por la gran agilidad que tenían para trepar a los árboles y trasladarse por entre el alto ramaje. Estos animales que tenían la característica de manejarse con cuatro manos y ser peludos, pronto empezaron a reproducirse, asegurando, de tal manera, su vida en el planeta. Por fin un día, Staisky, que tanto se había preocupado por crear una pareja de bípedos que agregara extraordinaria belleza a las bellezas de la tierra, liberó a su pareja, pero pronto debió lamentar su fracaso, ya que al no tener la agilidad suficiente para trepar por los árboles, ser además sumamente indefensos y de frágil físico, fueron extinguidos en seguida, quedando de tal manera, el edén sin su nueva especie.
Ante este fracaso quedó muy decepcionada Staisky, por lo que de inmediato encargó al dios Jolt fuese a averiguar a la tier a sobre la causa que había motivado la desaparición de esta pareja. El emisario llegó en fulgurante carro de fuego al lugar de destino. De regreso le dio todas las explicaciones de lo sucedido y le aclaró que para que pudiese vivir la nueva pareja, que tanto le preocupaba, bastaría con que les preparase un clima más adecuado, que favoreciese la vida y multiplicación de la pareja. Añadió que para lograrlo de inmediato bastaría con disminuir la temperatura existente, lo que se conseguiría apagando uno de los dos soles, que eran los que daban calor a la tierra en aquellos tiempos.
Staisky estuvo de acuerdo con el proyecto de Jolt y al llevarlo a cabo apagando el sol más pequeño (la luna es parte de aquel sol extinguido) se produjo una terrible hecatombe cósmica que produjo un cambio total en la corteza terrestre, principalmente, por haberse modificado el clima del planeta.
Por primera vez se sintió frío en él, se agrietó en partes y en otras se produjeron elevaciones de rocas ígneas; también empezaron a alternarse la noche y el día y la fronda, tan exuberantes, prácticamente desapareció ocasionando de tal manera, al escasear, en proporción a la que necesitaban, la desaparición de los grandes herbívoros. Por eso es que se han encontrado entre los fósiles, grandes animales conservando restos de hierbas entre sus dientes, ya que fueron sorprendidos por la hecatombe en el momento de dar el mordisco.
Muchos de estos animales sobrevivientes fueron sepultados por el hielo y otros por montañas de tierra. Igualmente, al romperse el equilibrio, gigantescos animales carniceros desaparecieron al no tener suficiente cantidad de alimentos para poder subsistir y de los que, hasta entonces, habían tenido gran cantidad. Así sucedió en Ischilaguasto, Ichichica o Talampaya. Considerando ya que el medio ambiente se había vuelto adecuado, y que no amenazarían grandes peligros a la nueva pareja, de la que tan orgullosa estaba Staisky, los llevó de nuevo a la tierra y allí la dejó, segura de que en esta oportunidad no fracasaría en su propósito. Win, el dios maligno y envidioso, descubrió que ésta, a diferencia de la por él creada, tenían una piel suavísima y eran sumamente bellos, lo que lo llenó de rabia y envidia y de inmediato se propuso hacer todo lo posible para hacerle sentir a Staisky que era más poderoso que el a y que podía hacerla fracasar en lo que se había propuesto, es decir embel ecer más la naturaleza con la nueva pareja.
Pensando y pensando, elaboró un plan lleno de malignidad, seguro de que triunfaría en su propósito. En un descuido de la diosa, le tocó las sienes a la pareja recién llegada a la tierra, logrando transformar de inmediato el instinto con que Staisky los había dotado, en inteligencia razonada. No bien dispusieron de ella, la mujer y el hombre, lo primero que dispusieron fue desobedecer a todos los dictados de su diosa, es decir, apartarse de los buenos fines para los que habían sido creados. Por eso, impulsados por el espíritu maligno impuesto por Win, de inmediato se dieron a la tarea de destruir todo lo creado por Staisky. Así fueron eliminando con increíble crueldad, animales y plantas, sujetando o desviando el curso de los ríos, destruyendo o modificando para mal, todo lo creado hasta entonces en la tierra.
Fue inútil que la diosa intentara hacerlos volver al buen camino. La fuerza del espíritu del mal la había derrotado. Y llevados por ese espíritu, tan soberbia se sintió la pareja, que olvidada de los fines para los que había sido creada (hacer el Bien y sembrar la Belleza, entre otras cosas), se convirtió en la principal ejecutora del mal y enemiga de su propia existencia.
– El hombre se matará, terminó diciendo la tía Antonina. La ciencia de la que él se enorgullece, lo llevará a su propio holocausto.