Un día, una chica y un chico estaban sentados en un parque. Se decían, “te amo”, luego se besaban y se decían “te amo”, luego se besaban otra vez. Hacían eso todos los días. Estaban tan felices hasta que, un día, el chico decidió complicar las cosas. Estaban sentados en el parque cuando él miró a la chica y le dijo:
– A mí me aburre este “te amo”. ¿Porque eres tan buena conmigo? Debes se amas alguna otra persona. Dime que amas a otra persona.
La chica estaba conmocionada. No sabía que decir. Entonces le dijo:
– No me das otro opción. Amo a otra persona. Él está esperando allí, detrás de los árboles.
Su novio estaba furioso. Él miró a la chica y no pudo creerlo. De repente, él empezó a llorar.
– Cómo puedes amar a otra persona? Nuestro amor es tan fuerte. No puedo ni mirarte.
La chica estaba muy confundida. Respondió:
– Pienso que querías eso. Solo quiero hacerte feliz.
Pero él no estaba feliz. No habló durante tres días. Estaba muy solitario. Ella iba al parque todos los días para esperarlo. Un día el chico decidió encontrarla en el parque. Quería conocer al otro hombre. La encontró y le dijo:
– Dónde está el otro chico? Lo mataré.
La chica empezó sonreír, ¡el chico estaba furioso!
– ¡Dónde!
La chica estaba muy tranquila.
-Te lo dije, detrás de los árboles.”
El chico marchó hacia los árboles con su puño cerrado. Cuando miró detrás de los árboles, no había nadie ahí. La chica comenzó a reír.
– Entonces, ¿no quieres estar con otra persona?
– No, ¡por supuesto! Lo siento mi amor.
Luego empezaron a besarse y estaban felices de nuevo.