El médico a menudo pensaba en el único paciente que lo amenazó. Después de que el paciente dijera “Pagarás por esto”, él siempre supo que lo volvería a ver.
Un día estaba terminando sus rondas y caminó hacia la habitación del paciente: ¿”Cómo te sientes hoy”?
“Terrible, ¿por qué no puedes hacer nada correcto? Éste es un hospital terrible y quiero ser transferido”.
El médico sabía que el paciente no tenía seguro de salud, por lo que necesitaba quedarse donde estaba para que su enfermedad mejorara.
“Te ayudaremos a decirnos lo qué está mal”. El paciente dejó escapar un grito y atacó a la enfermera más cercana. Le tomó toda la fuerza al médico separar al paciente de la enfermera.
“Si así es como vas a actuar, vete y no vuelvas”, dijo a el doctor.
“Lo siento pero necesito tu ayuda”, respondió el paciente.
“Sal”, gritó el médico. Entonces el paciente se fue, pero primero susurró :
“Pagarás por esto”.
Fue forzado a lidiar con su enfermedad por su cuenta durante muchos meses. Aprendió a manejarla y también consiguió un trabajo. Se mudó al campo y cuando pudo pagar un médico, obtuvo uno. El nuevo doctor descubrió que tenía una enfermedad cerebral que lo enojaba. Él lo trató y el hombre mejoró. Quería volver al trabajo, pero primero quería venganza.
Entró en el hospital original y encontró a su médico original. El doctor se sorprendió de verlo y se asustó.
“Te dije que nunca volvieras”, dijo. El médico gritó pidiendo agentes de seguridad y el paciente pudo ver su miedo. Cuando llegaron los guardias, el paciente volvió a hablar con su primer médico:
“No te preocupes, no estoy aquí para hacerte daño, pero te dije que pagarías por lo que hiciste”.
El médico les dijo a los guardias que se llevaran al paciente, pero no se movieron, así que volvió a pedirles en voz más alta, pero todavía no se movieron. Luego, el paciente volvió a hablar:
“No te lastimaré como me lastimaste, pero te haré pagar”. Miró a los guardias y los guardias se llevaron al médico y le dijeron que ya no tenía trabajo. El paciente había comprado el hospital para vengarse del médico.
Siempre debemos ser amables con los demás, sin importar nuestras posiciones relativas.
Cuento basado en Nocturno escrito por Ricardo Güiraldes.