Era un día tranquilo en el bosque. Nahuel, el mejor guerrero en toda Patagonia estaba cazando con su hijo. Era el final del otoño y el cambio de las estaciones había comenzado. Desafortunadamente, la cosecha era muy pequeña ese año y la tribu no tenía bastante comida para el invierno.
Mientras los dos rodeaban su presa, el hijo hacía un ruido con cada caso.
“Lonco, es importante que no hagas ruido. Los animales tienen oídos más sensitivos que tu. Necesitamos matar algo, pero no podemos con esos pies torpes,” dijo.
Los dos buscaron por tres horas sin encontrar nada. Luego, Lonco vio un movimiento entre los árboles. Sin palabras, alertó a su padre.
El guerrero levantó su lanza, pero antes de que pudiera tirar, Lonco gritó, “¡Detente!”
Lonco se había dado cuenta que el movimiento era de una chica, no un animal. La chica tenía la misma edad que Lonco. Ella era la persona más bonita que había visto. Inmediatamente, el hijo se enamoró de ella.
La chica se llamaba Mailen y ella estaba recogiendo alimentos para su tribu. Ellos también necesitaban más provisiones para el invierno. Cuando oyó el grito comenzó a correr hacia a su tribu rápidamente. Su padre, el cacique, le había dicho que era posible que hubiera miembros de las otras tribus en el bosque. Él le dijo que estas tribus eran enemigos y la amenazaba de hambre podría hacerlos muy agresivo.
Cuando la chica comenzó a correr, Nahuel comenzó a seguirla y Lonco tenía que seguirla también. Nahuel no se había convertido en el mejor guerrero sin usar de mucha violencia y muerte. Por eso, no tenía miedo de una guerra entre las dos tribus. Él quería robar las provisiones de las otras personas. Eventualmente, Nahuel encontró el campamento de la otra tribu.
“Lonco, no hay bastante comida en esta tierra para las dos tribus. Por eso necesitamos robar sus alimentos,” dijo Nahuel. Pero cuando buscó a su hijo, se dio cuenta que Lonco había desaparecido.
Su amor por Mailen tenía más fuerza que el temor a su padre y él estaba hablando con el cacique de la otra tribu. Antes de que su padre pudiera empezar una guerra, Lonco había hecho un contrato entre las dos tribus. Juntos, recolectarán la comida necesaria para el invierno y, para hacer oficial el contrato, Lonco y Mailen se casarían. En el fin, as dos tribus vivieron en paz con bastante comida para el invierno.