Si hubiera sido una historia de amor muy típica, yo no la estaría diciendo hoy. Esta historia trata de un amor suficientemente fuerte como para mover montañas. Es un ejemplo de la historia clásica donde un muchacho pobre y una muchacha rica se enamoran. En la región que hoy llamamos Patagonia, hace tres mil años, había una tribu de indígenas que tenía un cacique muy cruel. El cacique tenía control de todas las cosas en la tribu y había creado un sistema de gobierno en que él y sus amigos eran ricos y todos los otros
miembros de la tribu eran muy pobres. La hija del cacique era conocida como la muchacha más hermosa de la tribu y también en el mundo y, a diferencia de su padre, ella tenía un gran corazón. El cacique deseaba que ella se casara con el hijo de su amigo rico, pero tanto el amigo como el hijo eran egoístas y malos y la muchacha no quería casarse con él. La verdad es que secretamente ella se había estado reuniendo con uno de sus criados en su casa, un muchacho joven muy amable y guapo, pero pobre. El amor entre los dos era como un fuego brillante. Sabían que si el cacique se enteraba de este amor, él mataría al muchacho, pero la única manera de prevenir el matrimonio entre la hija del cacique y el muchacho rico era decirle al cacique de este amor.
Cuando le dijeron al cacique, inmediatamente el muchacho pobre fue detenido y atado. En ese tiempo las montañas que ves en Patagonia hoy estaban en la costa, de tal manera que si caes de la montaña al mar, no puedes regresar y mueres ahogado. Por supuesto, nuestro desafortunado protagonista fue tirado al mar y todas las personas que lo vieron pensaron que estaba muerto. El muchacho, luchando para sobrevivir, sólo quería rogar a los dioses por una cosa; “Por favor, sólo quiero que ustedes ayuden a mi amor para que ella no necesite casarse con un muchacho que ella no ama.”
Cuando los dioses oyeron esto, estuvieron tan impresionados por el amor que el muchacho tenía por la hija del cacique que decidieron salvarlo. El cacique, aterrorizado, se dio cuenta de que las sierras bajo sus pies empezaron a agitarse y subir para que el muchacho pudiera regresar a la costa. Después de esto, los dioses pusieron las montañas en el mismo lugar que están ahora, con el cacique atrapado en el otro lado. El cacique nuevo permitió al muchacho casarse con su amor y la historia se hizo famosa en la tribu por años y sigue siendo famosa hoy.