Cincuenta años después de los bombardeos nucleares que aniquilaron a la mayoría de la población, sobrevivieron diez hombres y se refugiaron en un pequeño pueblo que estaba lejos de todo. No había mucha gente que hubiera sobrevivido los bombardeos, por lo que los hombres se unieron como un grupo para mejorar sus posibilidades de sobrevivir. Racionaron la comida, construyeron paredes para protegerse de los forasteros y se hicieron buenos amigos. Era una democracia, porque no querían a una persona con todo el poder. Pero ellos tenían un problema, no había mujeres.
Durante los primeros días, no tenían problemas. Los hombres se centraron en sobrevivir. Sin embargo, después de sobrevivir durante mucho tiempo y establecer un sistema de gobierno, había dos hombres que se estaban impacientando. Les dijeron a los muchachos que iban a buscar sobrevivientes, pero realmente sólo querían mujeres. Ellos no regresaron. Los hombres murieron porque perdieron el camino después de no encontrar nada y murieron de hambre.
Un día, después de darse cuenta de que los hombres habían muerto, un tipo estaba sentado en una torre vigilando, principalmente porque estaba aburrido. Pero durante la noche, vio a alguien en la distancia. Gritó a los demás y reunieron sus armas, en caso de que fuera un truco. Pero no era un truco, era una mujer y parecía cansada. Los hombres corrieron hacia ella con comida y agua, y la ayudaron a regresar a la pequeña ciudad. Ella estaba casi muerta de inanición. Pasaron semanas antes de que sanara y caminara sola.
Los hombres estaban felices de que finalmente había una mujer. Poco sabían que ella los estaba engañando, ya que tenía otras sobrevivientes en un pueblo cerca de ellos. Ella fue capaz de engañarlos, sabiendo lo desesperado que habían estado, después de escuchar historias de los otros dos que habían ido en busca de mujeres. Ella recibió tanta atención de ellos que estaba claro lo que querían. Eventualmente, ella les ofreció un trato, engañando a todos y cada uno de ellos. Ella les dijo que si mataban a los demás, podrían tenerla, pero no podían contarse lo que ella les había ofrecido. Día tras día, morían de una manera extraña, desde intoxicación alimentaria hasta ahogarse mientras dormían. Hasta que finalmente quedó un hombre. Estaba tan feliz de ser el último sobreviviente y de haber ganado su corazón. Pero esa noche, el grupo de mujeres llegó al pueblo y lo mataron. Necesitaban suministros y ésta era la tercera ciudad a lo que habían engañado.