Pablo era un esquiador talentoso que iba a las Olimpíadas. Había pasado toda su vida practicando para los juegos olímpicos y era el mejor esquiador del mundo. Era enero y estaba listo para representar a su país y a su equipo en las Olimpiadas. Un mes antes de las Olimpíadas de invierno, Pablo vio una carta en su mochila. La carta era una amenaza. Decía que Pablo tenía que dejar de esquiar y no ir a los juegos olímpicos.
Pablo no pensó que la carta fuera una amenaza seria. Pensó que era imposible que alguien lo lastimara porque era el mejor esquiador del mundo. Decidió continuar practicando esquí para las Olimpiadas porque quería ganar los juegos más que nada. Pasó el mes y no pasó nada y Pablo no recibió más cartas. Él no pensó en la carta en absoluto. No le contó a nadie sobre lo que había recibido. Él creía que la amenaza había terminado. El día antes de que Pablo fuera a las Olimpiadas, él estaba caminando hacia su auto, lejos de su casa. Era tarde en la noche y estaba oscuro. Pablo escuchó algo de ruido detrás de él. Alguien había aparecido detrás del auto. De repente, Pablo fue golpeado en la cabeza muchas veces con un hacha. Él murió instantáneamente. El matador llevó el cuerpo de Pablo a través de la calle vacía y lo escondió en una zanja. Ocultó el cuerpo en la zanja bajo mucha tierra y plantas. El asesino era la única persona en la calle tranquila.
Miró la zanja y dijo “deberías haber escuchado mi amenaza”. El asesino desapareció rápidamente por la calle y Pablo nunca más fue visto. Su muerte fue noticia y todo el país estaba hablando de eso. El mundo entero estaba triste por la muerte del famoso atleta. Sin embargo, su asesino nunca fue identificado.