El criminal perfecto por Adrian Bahri

       “Todos los criminales famosos querrían creer que son los criminales más inteligentes o exitosos, pero todos están equivocados. Todos están equivocados porque, sin duda, yo soy el criminal perfecto. He cometido más crímenes de los que puedo contar y la policía sabe esto pero no puede hacer nada. En todos mis crímenes yo he trabajado con muchos criminales y todos han tenido una cosa en común; todos han tenido un gemelo idéntico.”

       “Yo recuerdo muy bien cuando robé mi primer banco. Cada detalle fue planeado, incluso los más sutiles. El banco era grande y, según los ciudadanos, impenetrable. En el otro lado de la ciudad, mis otros compañeros estaban robando una tienda pequeña. Tenían un botón para señalarnos cuando los empleados en la tienda llamaban a la policía. Sabíamos que tomaría unos diez minutos para conducir de la estación de policía a la tienda y quince minutos para conducir de la tienda al banco. Cuando recibimos la señal, el hombre a mi derecha nos dijo “La policía va a capturarnos si no entramos ahora,” y los otros hombres estuvieron de acuerdo con él.

       Es muy afortunado que yo estaba allí, porque a pesar del hecho que ellos eran muy buenos criminales, no comprendían cómo usar una distracción. Les dije “Nos dieron la señal hace un minuto y ahora la policía está alejándose del banco. Necesitamos esperar a que la policía esté más lejos de nosotros. Exactamente siete minutos después de la señal, entraremos al banco.”

       “Llevábamos máscaras, guantes y ropa negra. Para estar seguros, salimos después de ocho minutos con todo el dinero que pudimos llevar y para burlarnos de la policía, todos decidimos a dejar un guante en la tienda o en el banco. La policía hizo pruebas de ADN e investigó a todos los criminales y sus gemelos. Había un problema para la policía; era imposible arrestar a las dos personas por un crimen cuando sólo uno era culpable. Porque los criminales y sus gemelos tenían ADN idéntico y era fácil fingir inocencia, la policía estaba perpleja y no podía hacer nada. Porque la policía no sabía cuáles eran criminales, no podía arrestar a nadie por el crimen. Cometimos muchos más crímenes en todo el mundo de esta manera y nos hicimos famosos. No había nadie que nos igualara. Nos llamaban ‘Genios del arte del crimen.’ Nadie podría quejarse con ese nombre, ¿no?”

       Finalmente, el niño habló: “Señor, veo que Ud. es un genio, pero no comprendo una cosa. ¿Por qué Ud. me está diciendo esto?”

       “Sugiero que escuches y aprendas. Soy el criminal perfecto. He sido el criminal perfecto por años y años, pero nunca he robado para mí mismo. Yo sólo tomaba el dinero de los ricos y lo daba a los otros que necesitan. Dime, ¿opinas que Robin Hood es un criminal?”