Parte I:
María, a la que todos conocían como Ben, vivía en un pueblo pequeño del área conservadora en el norte de los Estados Unidos y asistía un colegio pequeño sin minorías de razas, etnias, identidades sexuales, o identificaciones de género. Muchos estudiantes en su colegio no creían que personas que eran diferentes a ellos mismos merecieran una buena vida– Ben incluido. Ben era un chico transgénero, así que durante las horas de escuela, era tímido para evitar el odio de otros alumnos. Durante todos los años de colegio, Ben había aprendido que, a menudo, la sombra y el silencio era mejor que la luz y la gente.
A veces era más fácil ser un fantasma que un chico. Sin embargo, Ben tenía muchos amigos en la banda y el teatro– las horas de los ensayos era sus favoritas de toda la semana.
Un día, mientras Ben caminaba por el pasillo, un estudiante se detuvo frente a él. Era un chico de su clase de matemáticas, Erik. Era alto con pelo rojo y siempre llevaba una chaqueta con la bandera confederada– era mala señal.
“Busco una chica que piense que es un chico.” Erik rió y se quedó en el camino de Ben.
Con un encogimiento de hombros, Ben dijo, “Perdón,” y caminó alrededor de Erik, casi resbalando a causa de un trapo del conserje en el piso.
Durante el almuerzo, Ben dijo de su encuentro con Erik a sus amigos. “¡No te preocupes! Estamos aquí para ti,” Josie hizo un ademán para indicar a todos los amigos sentados en la mesa.
Ben sonrió, “Gracias.”
Josie continuó con furor: “¡Hay personas que piensan que pueden portarse como niños! ¡Es ridículo! Deseo que la gente de este pueblo salga y tenga experiencias fuera de su hogar. Tal vez entonces no sea tan ignorante.”
“Estoy de acuerdo, pero está bien. Por lo general, hoy ha sido un buen día. También, hay un ensayo de teatro esta noche, así que será un muy buen día.”
Parte II:
Después de todas sus clases, Ben corrió a su gaveta para juntar su ropa para el ensayo. Cuando abrió su gaveta, un papel pequeño cayó en el piso. “Es extraño,” pensó Ben.
Ben leyó la nota, callado: “Me encuentrate cerca de la entrada este… ahora.” Ben releyó la nota varias veces antes de decidir si iría. Ben fue a la entrada este y caminó con precaución. No sabía qué esperar, pero esperaba que no sería humillado.
“¿Hola?”
“Hola.”
“¡Erik! Por favor, no actúes violentamente…” Ben tenía mucho miedo y su voz tembló.
“Está bien… no te preocupes. Quería decir que lo siento por hoy.”
“¿En serio?”
“Sí.”
“Oh… pues… gracias. Chau.” Ben se alejó de Erik, sonriendo para sí mismo.
“¡Ben, espera!” Erik gritó, así que Ben se detuvo y se dio vuelta. Erik sonrió y golpeó Ben en su cara. Ben se cayó al piso, causando un eco sordo. Se quedó caído, como un trapo viejo a la espera de algún estudiante resbalara.
