Mi propia historia de un crimen perfecto comienza en una morgue. Había un hombre que se llamaba Grim. Grim era un residente de la morgue local en Ann Arbor, Michigan y había estado trabajando en la morgue por veinte años. Estaba fascinado con su trabajo y los cuerpos que le llegaban. Amaba el olor de los cuerpos antes de limpiarlos, le encantaba observarlos durante horas. Amaba sostener las manos de los cadáveres. Un día, no había cuerpos
para ser atendidos en la morgue, por eso Grim se enojó mucho. Necesitaba oler y sentir los cadáveres, entonces decidió ir a buscar sus propios cadáveres. Esa noche, se escondió detrás de un basurero en un callejón y esperó que alguien pasara. Con el tiempo, un hombre pasó por el lugar. Grim se aseguró de que no hubiera nadie antes de caminar detrás del hombre y lo mató. Arrastró el cuerpo a la basura, trajo su auto, puso el cadáver en el auto y regresó a la morgue. Grim estaba tan feliz ahora que tenía un cadáver. Cuando llegó a la morgue, arrastró el cuerpo dentro de la morgue, lo dejó en el suelo y comenzó a hablar con el cadáver,
– Ojalá pudiera conservarte para siempre, dijo Grim. Amo tanto a todos los cadáveres.
– El cuerpo no contestó, por supuesto, porque estaba muerto.
– Grim comenzó a acercarse al cuerpo, oliéndolo. Amo tanto tu olor, dijo Grim.
-Una vez más, el cadáver no respondió.
Grim lentamente comenzó a mover su mano hacia la mano del hombre y la sostuvo. De repente, el hombre apretó la mano de Grim, se levantó y comenzó a golpearlo. Mientras Grim gritaba, pidiendo ayuda, el hombre continuó golpeándolo. Eventualmente, el hombre mató a Grim. Estaba nervioso por lo que había sucedido. Entonces el hombre llamó a la policía. El hombre explicó todo lo que pasó y después de que la policía investigó, creyeron su historia. La policía descubrió que el nombre completo de Grims era Grim Reaper. El hombre, antes de irse, le dijo a Grim,
-Adiós asesino.
