Lauren Sancya
En la selva del noroeste argentino las hojas se mecían con el viento. y los gritos de los pájaros resonaban. Todo estaba silencioso, excepto por el canto de los pájaros y el sonido de unos pasos. Una chica caminaba por el sendero buscando una aventura. De repente oyó un ruido inusual que interrumpió la paz del lugar. Ella corrió hacia donde el ruido venía. Detrás de los arbustos vio a hombres extraños, que tenían atadas a personas de todas las edades.
Los invasores habían convertido a estas personas inocentes en esclavos. La gente era forzada a seguir moviéndose. Ella escuchó a los centinelas hablar:
Centinela 1: “Necesitamos establecer un campamento para pasar la noche. Seguiremos avanzando en la mañana.”
Centinela 2: “Empuja a los esclavos en grupos y pon centinelas alrededor.”
Centinela 1: “Necesitamos pasar la comida a los centinelas pronto. Una vez que todo esté listo, comeremos.”
Después de escuchar eso, la chica decidió que había encontrado su aventura. Tenía que ayudar a esa gente a escapar de la esclavitud. Pero, ¿qué podía hacer? En ese momento vio flores creciendo en los árboles cercanos. Una idea le vino a la mente cuando se dio cuenta de que las flores podrían ser mezcladas para hacer una droga para dormir. Cogió unas flores y empezó a aplastarlas. Luego tuvo que encontrar donde los invasores guardaban su comida para poder comenzar su plan. Caminó hasta que vio humo en un fuego. En el fuego había una olla grande con un cocinero agitando algún tipo de sopa. Necesitaba alejarlo de la olla para poder poner las flores. Agarró una roca y la arrojó lejos de ella, entre los árboles. El cocinero sospechó y fue a comprobar lo que había pasado. Mientras estaba lejos, tiró las flores en la olla. Se escapó y decidió volver después de que los centinelas comieran. Más tarde esa noche volvió y vio a los centinelas dormidos. Esta fue la oportunidad que había estado esperando. Agarró un cuchillo y comenzó a cortar las cuerdas de los esclavos y les dijo que corrieran. Logró liberar a todos los esclavos y escapar. Desde entonces fue conocida como la salvadora de los esclavos, ya que siguió liberando a la gente cada vez que podía.