Girasoles

El viento soplaba en la playa mientras ella caminaba, sumida en sus pensamientos. Ayer, ella había perdido el amor de su vida, por un simple malentendido. Era una combinación del equipaje emocional de las dos, y el dolor era insoportable. Necesitaba recuperarla, no podía perder la hermosa conexión. Necesitaba un plan. Mientras sus pies se hundían en la arenilla, miraba las aves en el cielo. Parecían libres. Quería serlo también. Toda ella

quería abrazarla. Si la retenía, su mente se sentiría libre. Ella se calmó pensando en los recuerdos con su amor. Pensó en su primera cita, el primer tiempo que ellas dijeron “Te amo”, y el rostro de su amor cuando se despertaba. Ella recordaba lo que le encantaba, su pasión y las veces que la hizo la más feliz de las mujeres. Ella recordó cuando hizo un poema para su novia. Ella la amaba y lloró mucho.

Manejó a su casa y se sentó lentamente. Levantó un bolígrafo y trató de pensar. De repente, las palabras fluyeron como el agua y todas las emociones se registraron en el papel. Ella escribió sobre su sonrisa, su risa y sus ojos azules. Escribió sobre la curva de sus labios y como su mano encajaba en la mano de ella perfectamente. Sin embargo, no sintió que era suficiente.

¿Qué es lo que más amaba? Ella pensó y sus ojos se llenaron de lágrimas cuando ella recordó. Flores como el sol. La sonrisa de su amor era tan brillante como esas flores.

Ella se subió a su carro y manejo a la florería más cerca. Entró lentamente, como si fuera un lugar sagrado. Buscó, pero no encontró los girasoles. Entró en el cuarto de atrás, ella los encontró en un rincón, solos. Las flores solas miraron a la niña sola. Ella las recogió y lloró, ella deseaba encontrar la felicidad otra vez.

Cuando terminó de comprarlas, agregó el poema a las flores y condujo a la casa de su amor. Sin embargo, ella no podía encontrar la fuerza para enfrentarla. Todo su cuerpo se sacudió cuando ella se dio cuenta de que esa podría ser la última vez que la miraba. De alguna manera su corazón la dirigió a la puerta y sus dedos, temblando, la tocaron. Su amor no la invito adentro y eso la asustó. En su lugar, ella agarró los regalos sin sonrisa. Pero cuando ella leyó el poema, ella lloró. Su amor agarró a la niña que la amaba tanto y ninguna pudo respirar. Pero para ellas fue el mejor sentimiento.

— Te amo, ella dijo. Te amo.

Y a ella se sintió como la primera vez.