Había una tribu indígena en Cuyo y en esta tribu había una chica muy bonita. La chica era amada por todos y muchos hombres querían casarse con ella. Un día, ella estaba en el bosque para recolectar bayas cuando tropezó y se torció el tobillo. Estaba atrapada en medio del bosque y no podía levantarse. Ella gritó pidiendo ayuda y tres hombres la oyeron. Cuando llegaron los hombres, ella se dio cuenta de que no eran hombres de su tribu. Tenían ropa oscura y pelo largo y parecían muy diferentes a los hombres que ella conocía. Cuando ella vio a los hombres, ella estaba nerviosa, pero todavía les pidió ayuda.
Los hombres se sorprendieron, no habían visto a una mujer tan hermosa antes. No habían sabido que belleza como la de ella era posible y pensaban que nunca encontrarían a una chica así en el futuro. Los hombres decidieron secuestrarla y llevarla a su campamento. La nueva tribu estaba ubicada en el lado opuesto de Cuyo, y ella no estaba familiarizada con el área para poder escapar.
La vida en la nueva tribu era muy diferente a lo que ella conocía. Ella era tratada como una prisionera porque la nueva tribu no quería que ella huyera ni se suicidara. Ella extrañaba a su familia y quería irse a casa. Todos los días, la chica lloraba y pedía su libertad, pero los miembros de la tribu se la negaban. Cuando el jefe de la tribu vio a la chica por primera vez, al instante se enamoró de ella. Él decidió que quería casarse con ella y ella no tenía opción en la decisión.
Con la boda a sólo unos días de distancia, ella estaba más deprimida. Durante toda la noche, lloró recordando a su madre. El guardia de servicio escuchó sus gritos y se sintió mal porque no creía en el secuestro. Entonces, decidió que iba a ayudar a la chica a escapar. En medio de la noche, él y la chica huyeron del campamento. Él estaba familiarizado con el territorio porque cazaba a menudo, por lo que ellos llegaron a la tribu de la chica sin problema. La tribu de la chica agradeció al guardia porque él era un héroe y le dio regalos.
Cuando el guardia regresó a su tribu fue acusado de traición y asesinado.Aunque él fue odiado por toda su tribu, todavía murió con orgullo. Estaba orgulloso porque si no hubiera ayudado a la chica, ella habría estado triste toda su vida. Al final, el hombre perdió su vida, pero salvó la vida de la chica, así que valió la pena. Básicamente, la moraleja del cuento es seguir a tu corazón, no a la multitud.