Desde que llegué aquí, he comenzado una gran transición, especialmente siendo una estudiante de primer año. Antes del comienzo de las clases, yo estaba emocionada para conocer a muchas personas nuevas y empezar una vida nueva. Sin embargo, tenía miedo sobre la carga de trabajo y estaba nerviosa. Durante “La semana de bienvenida,” hice muchas amigas nuevas que vivían en mi dormitorio. Pero antes de esto, yo fui a un retiro con Hillel a Michigan.
Hillel es una organización religiosa que reúne estudiantes judíos en el campus. Mi compañera de piso y yo nos inscribimos para ir juntas, así pudimos mudarnos más temprano que los otros estudiantes. Salimos en el retiro con el grupo de Hillel el día después de nos mudamos. El retiro fue en un campamento en Ortonville, Michigan. En el viaje en bus, conocí a otras estudiantes de primer año que, en ese momento, no sabía que iban a cambiar mi vida.
Mi compañera de piso y yo vimos las dos chicas en el asiento al lado de nosotros que parecían familiares. Entonces, me di cuenta por qué.
“¡Creo que ustedes viven en nuestro piso!” yo dije.
“¡Tienes razón!” una de ellas dijo. Era baja y bonita. “Me llamo Maddie.”
“¡Soy Kate! Soy la compañera de piso de ella.” dijo la otra chica a su lado. Tenía pelo largo y oscuro y una sonrisa cálida.
“Mucho gusto. Me llamo Zoe y esta es mi compañera de piso, Samantha.”
Fueron nuestras primeras amigas que nunca olvidaremos. Cuando llegamos al campamento de Tamarack, hicimos muchas actividades de trabajo en equipo. En una actividad, tenías que conseguir todo el equipo a través de una cuerda sin tocar el suelo. Aunque estas actividades fueron extrañas en ese momento, nos permitieron a todos hacernos amigos rápidamente. Recuerdo claramente un momento del retiro cuando estábamos todos sentados en un círculo en un muelle con una vista maravillosa del lago. Los líderes del viaje nos hicieron decir lo que pensamos podríamos hacer por Hillel, lo que Hillel podría hacer por nosotros y un objetivo que teníamos para el fin de semestre. En ese momento, miré alrededor a las otras estudiantes que tenían miedos similares a los míos y me sentí a gusto. Con un sistema de soporte estable como este y un poco más de confianza en mí misma, todo iba a estar bien.