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- Te amo. – dijo Juan.
- Te amo. – respondió Marta.
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- ¿Qué tal? – preguntó Juan.
- Juan… Tengo una confesión. – dijo Marta. – No te he sido fiel. Tengo otro amante, no eres el único.
Aunque Fred no estaba de acuerdo con su profesor, él continuó estudiando en la universidad, pero él cambió sus estudios. Después de su experiencia en la pradera, Fred se dio cuenta que él quería aprender tanto como pudiera. Él continuaba teniendo sueños en un idioma que él no hablaba y cada vez que él los tenía, él recordaba el secreto y el camino que él tomó para aprenderlo. Es por este secreto que él quería estudiar todos los temas que él podía. Con toda esta información, él se convirtió en un bibliotecario. Le gustaba viajar, por eso él trabajó en muchas bibliotecas en todo el mundo.
Continue reading “La vida de Fred Murdock por Isabel Chaney”
En el comienzo, creí que había cometido el crimen perfecto. Maté a una persona y necesitaba enterrarlo o esconderlo en algún lugar. Tenía el cadáver y me di cuento del plan perfecto. Decidí poner el cadáver en el mar, porque nadie lo encontraría allí. Una noche, llevé el cadáver a una playa solitaria y puse pesos pesados sobre el cadáver. Así, el cadáver se iría al fondo del mar. Después de que puse el cadáver en el mar, salí de la playa; pensé que nunca lo vería otra vez.
Una mañana, sin haberse despedido de nadie, Murdock se fue. Cuando regresó, él era un hombre diferente. Era obvio que había aprendido muchas cosas de los indígenas. Él estaba silencioso todavía, pero de una manera diferente. Él escogía sus palabras con cuidado. Dijo que había aprendido muchas cosas nuevas en las que él nunca había pensado. Cuando regresó, quiso enseñar a todo el mundo las cosas que había aprendido. No quiso ser el único hombre que sabía el secreto. Dijo que aunque otras personas no fueron al viaje con él, quería compartir el conocimiento con todo el mundo.
Cuando yo llegué a la Universidad de Michigan, tenía mucho miedo porque el ambiente académico es muy diferente de mi escuela secundaria. En mi escuela secundaria tenía confianza en mi capacidad académica porque a muchos de mis amigos no les importaba la escuela y trataban de recibir una B o C. Había algunas personas a las que les importaba la escuela pero en general, no había mucha competición en mi escuela secundaría. También, yo recibía buenas notas sin estudiar muchas horas. Muchos conceptos eran fáciles de aprender y no había demasiada tarea. Por esta razón, tenía confianza en mis habilidades. Pero cuando llegué a la Universidad de Michigan, tenía mucho miedo porque mucha gente me dijo que las clases en esta Universidad son muy difíciles.
Continue reading “Dificultades de la Universidad por Madison Walker”
En el siglo 25, la raza humana comenzó a usar cada vez más máquinas. Las máquinas reemplazaron a los chefs, contadores y muchos más trabajos que los humanos hacían. La razón por la cual las máquinas comenzaron a reemplazar a los humanos en todos estos trabajos fue porque eran más confiables que los humanos. No cometían los errores de los humanos.
Cincuenta años después de los bombardeos nucleares que aniquilaron a la mayoría de la población, sobrevivieron diez hombres y se refugiaron en un pequeño pueblo que estaba lejos de todo. No había mucha gente que hubiera sobrevivido los bombardeos, por lo que los hombres se unieron como un grupo para mejorar sus posibilidades de sobrevivir. Racionaron la comida, construyeron paredes para protegerse de los forasteros y se hicieron buenos amigos. Era una democracia, porque no querían a una persona con todo el poder. Pero ellos tenían un problema, no había mujeres.
En una ocasión, una “niuque“* le habló a su hijo diciendo: “El invierno ha llegado más temprano que nunca y la tierra ya se encuentra cubierta de nieve. Tu padre, el gran guerrero, aún no ha vuelto de su viaje en busca de la blanca sal y temo que se haya extraviado. Habíamos convenido que volvería antes de la caída de las primeras nevazones, pero hasta hoy no sabemos nada de él. Quizá lo ha devorado un puma en la región de las salinas. Puede ser que el hambre lo agotó. Ahora estamos solos y quiero que vayas a su encuentro, para aliviarlo de la carga de sal que sin duda trae. Las provisiones que tengo aquí me alcanzarán hasta que vuelvas y no debes preocuparte por mí. En esta caverna los esperaré a los dos. Continue reading “La leyenda del pehuén errante (leyenda mapuche)”