Cometí el crimen perfecto. En el pasado, yo amaba a una mujer muy hermosa y ella me amaba. Sin embargo, había otro hombre. Tenía el pelo negro, su cara era pálida y sus labios eran delgados. El hombre tenía mucho dinero y no tenía personalidad. Los padres de la mujer la forzaron a casarse con el hombre y me ignoraron. Mi corazón estaba roto. Regresé a mi casa. Yo pensé por horas y horas. En un momento, abrí mis ojos y vi el mundo real. Ella no se casaba conmigo porque el mundo valoraba la riqueza. No había ninguna justicia en el mundo. La furia en mi corazón reemplazó la tristeza. Quería matar al hombre. Yo tenía un plan.
Yo sabía que el hombre vivía en una mansión en el centro de la ciudad. La mansión estaba llena de
cocineros, sirvientes y otros trabajadores. Por la noche, un día antes de la ceremonia nupcial, fui al cuarto del hombre. Él tenía un grupo de personas de seguridad muy grande, pero ellos no me prestaron atención. Cuando escalé el muro, los perros no ladraron y los guardias no prestaron atención. Yo era un criminal muy astuto. Yo lo estaba mirando a través de su ventana. Yo tenía un cuchillo en mi chaqueta, sin embargo no lo ataqué.