El final del mundo por Nancy Serafin

Mis habitantes no detuvieron la contaminación. Ellos continuaron conduciendo sus coches con gasolina. Algunas personas caminaron, montaron sus bicicletas o condujeron un coche eléctrico, pero no fue suficiente para salvarme. Yo traté de advertirlas, pero nadie me creyó. Primero, mi temperatura me empezó a calentar. Fue una diferencia muy pequeña, como un día de 100 grados en el verano. Muchas personas no se dieron cuenta. Entonces, los glaciares desaparecieron lentamente desde el ártico. Los osos polares murieron con los glaciares y unas personas empezaron a notar la diferencia. Sin embargo, ellos no tomaron acción, ellos construyeron muchos edificios,  aviones, y coches nuevos. Ellos continuaron tomando duchas largas, dejaron las luces encendidas, y usaron plástico sin reciclar. Entonces, no habían llovido muchas semanas en California y Australia y mi temperatura continuó subiendo. Yo creé fuegos en California y Australia; muchos animales y plantas murieron, pero yo tenía que hacer que mi gente se detuviera. Esto hizo que más personas prestaran atención a mi clima cambiante porque muchas de sus casas también fueron destruidas en los incendios. No quería lastimar a nadie, pero me estaban lastimando. Yo estaba tratando de salvarlos de sí mismos. Ellos contaminaron mis cuerpos de agua con su basura, mataron muchos arrecifes de coral y animales oceánicos. Así, yo hice que el agua subiera e inundara sus ciudades. Finalmente, la gente comenzó a entender, pero fue demasiado tarde. Muchos cultivos y plantas comenzaron desaparecer por el cambio del clima. Dejó de llover por completo. Entonces, no había suficiente comida para toda gente y animales. Muchas especies se extinguieron. En el fin, solo unos pocos humanos se mantuvieron, pero finalmente ellos también murieron. Ahora, estoy sola, la tierra. Estoy esperando que la contaminación desaparezca; estoy esperando sanar, y con tiempo estaré lista para que las nuevas personas vivan conmigo otra vez.